La industria global de la moda es un coloso económico que mueve más de 1 billón de dólares anualmente y da empleo a más de 80 millones de personas en todo el mundo, según estadísticas de Statista. Sin embargo, este éxito económico no viene sin un alto costo para el medio ambiente.
De acuerdo con estimaciones del Parlamento Europeo, la industria de la moda es responsable de alrededor del 10% de las emisiones de carbono a nivel mundial y contribuye significativamente a la contaminación del agua potable, con cerca del 20% del total, debido a procesos como la tintura y el acabado de productos.
Ante esta realidad, es imperativo que la industria de la moda se encamine hacia la sostenibilidad en los próximos años. Ya se está vislumbrando esta transformación, especialmente a raíz de los objetivos de sostenibilidad establecidos por la Unión Europea, que están impulsando a las empresas a adoptar prácticas más responsables.
En el marco del Colombiatex 2024, la sostenibilidad y la circularidad emergieron como temas cruciales, reflejando la preparación de la industria colombiana para enfrentar este desafío. Se destacó que solo el 1% de las fibras textiles utilizadas a nivel mundial se reciclan, lo que subraya la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles.
Mario Jorge Machado, presidente de la Asociación Textil y Confección de Portugal, señaló que hay avances significativos en la industria, con desarrollos en nuevas fibras, procesos de teñido más sostenibles y reducción del consumo de agua y productos químicos.
En cuanto al panorama de la confección en Colombia, se observa una disminución en los indicadores de producción y venta en 2023, debido a la afectación en el consumo de los hogares. Sin embargo, hay líneas como la ropa deportiva que lograron mantener su participación en el mercado global, con un aumento del 6% en sus ventas, especialmente en Latinoamérica.
Para el año 2024, se espera un aumento en el volumen de pedidos, tras la resolución de las dificultades logísticas que han afectado algunos mercados. Sin embargo, las exportaciones de confecciones se desaceleraron en 2023 debido a la reducción de pedidos de los principales compradores, lo que destaca la necesidad de diversificar los mercados.
Las importaciones, por otro lado, reflejan una drástica caída, en parte debido a la disminución del consumo y a los aranceles del 40% a la ropa importada, lo que ha llevado a un aumento del contrabando en el sector.
En conclusión, la industria de la moda enfrenta un desafío urgente para transformarse hacia la sostenibilidad. Si bien se están dando pasos en la dirección correcta, es necesario un compromiso conjunto de empresas, consumidores y autoridades para lograr un cambio real y significativo en este sector tan importante pero también tan contaminante.



