De San Victorino a Nueva York

Desde San Victorino al New York Fashion Week, la historia de una mujer que transformó la moda popular en un lenguaje de identidad y propósito.
Hay historias que se tejen con hilo, con aguja… y con fe.
La de Yeimy Viviana Mora, directora creativa de Divina Collection, es una de esas narraciones que nacen entre las telas, las máquinas y la fuerza silenciosa de una familia que nunca dejó de creer.
En su voz hay dulzura, pero también una determinación inquebrantable.

“Crecí en los talleres, en la mesa de corte, viendo cómo mi madre y mi abuela le daban vida a cada prenda. Yo nací entre las telas”.

Desde aquella infancia entre rollos de denim y luces de San Victorino, Yeimy aprendió que la moda no es un lujo: es una forma de resistencia.
Y lo demostró cuando llevó su visión a las pasarelas del New York Fashion Week, representando no solo a una marca, sino a toda una generación de mujeres que han hecho del trabajo un arte.


De los talleres familiares al escenario global

El legado empezó hace décadas con su abuelo, tejedor, y su abuela, costurera. Luego su madre, una mujer visionaria, fundó marcas como Elvis, Vionis y Xigma.
De allí surgiría una joven diseñadora que soñaba con algo más: crear una marca que hablara de la fuerza interior de la mujer.

Así nació Divina, una palabra que —más allá de la belleza— encarna el valor, el esfuerzo y la autenticidad femenina.

“Queríamos un nombre que hablara de esa divinidad real: la de la mujer que es mamá, empresaria, hija, soñadora. De ahí surgió Divina”, cuenta Yeimy con una sonrisa.

Hoy, esa marca es un ícono del denim colombiano y una bandera del empoderamiento femenino en la industria textil.


El poder de contar una historia propia

Mientras otras marcas replicaban modelos, Yeimy apostó por algo más valiente: contar su propia historia.

“Aprendí más de los errores que de los aciertos. Un día entendí que el éxito está en escribir tu propia historia, no en copiar la de los demás.”

Esa autenticidad la llevó a participar en el Bogotá Fashion Week y, más recientemente, en el New York Fashion Week, bajo el bloque Bogotá Designers by FDLA, donde su colección “Mi tienda, mi tierra” conmovió al público internacional.

Su propuesta —inspirada en las tiendas de barrio, los tenderos, los fósforos y los recuerdos cotidianos del país— no solo destacó por su técnica, sino por su alma.

“Yo no quería vender. Quería representar a mi barrio, a mi gente, a mi San Victorino. Quería que el mundo sintiera a Colombia.”


Cuando el denim se convierte en poesía

En Nueva York, la fundadora de la Federación de Diseñadores Latinoamericanos, Albania Rosario quedó tan cautivada por su propuesta que vistió el dia dela pasarela un outfit de divina .
Fue el reconocimiento a una historia tejida con pasión, constancia y raíces.

“Las señoras lloraban cuando veían la colección. Me decían: esto es Colombia. Ahí entendí que una prenda puede ser mucho más que moda: puede ser identidad.”


El futuro: sostenibilidad, innovación y propósito

En Divina, la innovación no se mide en máquinas, sino en consciencia.
Yeimy lidera procesos sostenibles que reducen el uso de agua, incorporan técnicas láser y rescatan el trabajo artesanal del denim.
Pero su visión va más allá: fortalecer la industria local y hacer que Colombia compre colombiano.

“Tenemos talento, calidad y visión. No necesitamos mirar a París para saber que aquí también se hace moda con alma.”

“Cuenta tu historia. No la del vecino. Los sueños se cumplen, pero hay que moverse, tocar puertas, insistir. Porque si tú no crees en ti, nadie más lo hará.”


Mujer, madre, empresaria… y soñadora incansable

Mamá de tres hijos —Valentino, Emiliano y Emanuel—, esposa y creadora, Yeimy vive entre bocetos, madrugadas y risas familiares.

“Madrugo, trasnocho, estudio, diseño… pero no me victimizo. Este es mi camino, y lo recorro con gratitud.”

El poder de crecer juntos

Su voz se llena de emoción al hablar del camino recorrido.

“Es una anécdota muy bonita. Estoy feliz, agradezco la oportunidad de vivir esto. Lo más lindo es ver que todos estamos creciendo: amigos, colegas, vecinos, proveedores. No solo yo estoy abriendo puertas; muchos también lo hacen por mí. Esto es un colectivo que abre caminos para todos.”

Esa visión colaborativa refleja la esencia de la moda popular colombiana: un tejido vivo de talento, comunidad y sueños compartidos.


La moda como derecho, no privilegio

Cuando se le pregunta por el nombre de su marca, su respuesta no duda ni un segundo.

“Para mí, la moda es un derecho. Si no tengo los medios, ¿por qué no puedo vestirme bien? ¿Por qué no puedo tener una prenda linda y sentirme divina sin pagar millones?”

Por eso, Yeimy no se fue de San Victorino, a pesar de quienes le aconsejaron dar ese paso. Prefirió quedarse y elevar el nivel de la moda desde su propio territorio, demostrando que el estilo no depende del estrato, sino del talento.

“No me salgo, prefiero desarrollar nuevas líneas, nuevos targets. Que todas las mujeres puedan acceder a una prenda linda, sentirse bien, comunicarse con su ropa. Este es mi barrio, mi casa, mi lugar.”


El Bogotá Fashion Week a San Victorino

Yeimy recuerda con humor y sinceridad sus primeros pasos en el mundo de las pasarelas.

“Antes, el Bogotá Fashion Week parecía algo lejano, elitista. Yo pensaba que ni siquiera podía asistir, que eso era solo para otros. Pero el doctor Ovidio, desde la Cámara de Comercio, tuvo una visión distinta: quiso llevar esa experiencia a San Victorino, para que la moda fuera de todos.”

Esa iniciativa se materializó gracias al liderazgo de Marta Ligia, Pilar Castaño y un equipo que entendió que la capacitación y la profesionalización son la base del crecimiento colectivo.

“Nos formaron, nos enseñaron, nos prepararon. No fue solo soñar: fue construir. Y hoy estamos a la altura.”


Sobre los retos del país: resiliencia y oportunidad

Cuando se le pregunta sobre las tensiones internacionales y sus efectos en la industria, Yeimy responde con la firmeza de una empresaria que ha aprendido a no temerle al cambio.

“Siempre vamos a tener amenazas, pero también oportunidades. Si no es Estados Unidos, será Ecuador, Perú o Brasil. No podemos depender de una sola persona ni de un solo mercado. Hay que moverse, reinventarse, buscar nuevas rutas. Mientras estemos vivos, hay opciones.”


Una herencia para la cuarta generación

Madre, empresaria y soñadora, Yeimy tiene claro su propósito: construir una empresa que trascienda su propia historia.

“Espero que mis hijos se enamoren de esto, que sigan el legado. Mi éxito no se mide solo en ventas, sino en verlos amar lo que yo hago. Soy tercera generación, y sueño con que ellos sean la cuarta.”

Entre telas, luces y sueños, Divina Collection se ha convertido en un emblema de la moda con propósito.
Una marca que demuestra que desde San Victorino también se puede conquistar el mundo sin olvidar de dónde se viene.

Divina Collection, más que moda, una promesa de identidad.
Un movimiento que viste el alma, empodera a la mujer y honra el trabajo de quienes hacen grande la industria textil colombiana.

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