Maleja Accesorios: resiliencia hecha moda que conquista pasarelas internacionales

En el competitivo mundo de la moda, pocas historias inspiran tanto como la de Liliana Beltrán, fundadora de Maleja Accesorios. Con más de 23 años de trayectoria comercial, 17 de ellos en el corazón de San Victorino y 15 como fabricante de accesorios, Liliana ha convertido su marca en un símbolo de resiliencia, creatividad y proyección internacional.

Los orígenes de una empresaria resiliente

“Soy comerciante desde siempre. Desde pequeña soñaba con emprender; recuerdo que jugaba a Metrópoli imaginando mis propios negocios. Esa vena comercial siempre ha estado en mí”, afirma Liliana. Aunque estudió Publicidad y se formó en una escuela militar, su carácter disciplinado, constante y perseverante ha sido su sello. “Si caigo, me levanto; si un día no va bien, trabajo para que mañana sea mejor”.

Su incursión en la moda no fue planeada. Tras una quiebra y un golpe económico que la dejaron al borde del colapso, descubrió un talento que desconocía: el diseño de accesorios. “Comencé haciendo pulseras muy feas —recuerda entre risas—, pero fueron mi salvación. Ahí entendí que Dios me había regalado un talento que no conocía”.

Ese descubrimiento coincidió con un proceso de sanación personal, donde la fe y la resiliencia se convirtieron en sus mayores motores. Un sombrero intervenido artesanalmente marcó el inicio de un nuevo camino. “Ese sombrero me sacó de deudas y me abrió un camino nuevo. Fue la muestra de que la resiliencia puede convertir una crisis en un nuevo comienzo”.

El nacimiento de Maleja

Con ese impulso nació Maleja, un nombre inspirado en su hija María Alejandra, símbolo de amor y perseverancia. “Maleja no fue planeada; fue el resultado de un proceso de supervivencia. Hoy representa lucha, creatividad y fe, pero sobre todo una historia de éxito que inspira a muchas mujeres”.

La marca se consolidó en San Victorino, entre la competencia feroz y el miedo a la copia. Liliana aprendió que la autenticidad no está en protegerse de quienes imitan, sino en crear con pasión. “Al inicio no dormía pensando que me iban a copiar. Hoy entiendo que la copia no le quita valor a lo que hago; al contrario, reafirma que lo auténtico permanece”.

De San Victorino al mundo

El verdadero salto llegó cuando sus accesorios comenzaron a tener presencia en pasarelas y medios. Gracias a colaboraciones con figuras como Elianis Garrido, Maleja se lanzó a las redes sociales y ganó visibilidad. Sus piezas empezaron a llegar a pasarelas internacionales en Nueva York y Europa, acompañando colecciones que representaban la cultura colombiana.

“Fue un reto enorme interpretar prendas que hablaban de Colombia. Pero ahí entendí que nuestros accesorios también cuentan historias. Cada pieza puede ser un puente cultural y un reflejo de lo que somos”.

Un taller con propósito

Hoy, Maleja Accesorios no solo es reconocida por su diseño exclusivo, sino también por su impacto social. Liliana lidera un equipo conformado principalmente por madres cabeza de hogar, quienes encuentran en la marca una oportunidad de crecimiento y estabilidad.

“Para mí no es suficiente fabricar; quiero formar a mi equipo. Que aprendan desde barrer el local hasta entender cómo se construye una pasarela. Que crean en ellas mismas. Esta vida es prestada y hay que disfrutarla con propósito”.

Los insumos provienen de China, Japón y Checoslovaquia, pero la manufactura es 100% colombiana. Cada pieza se elabora de forma manual, con un nivel de detalle que transforma un accesorio en una obra de arte. Y aunque la tecnología ha traído avances, Maleja mantiene la esencia artesanal que la diferencia. “Un producto costoso no es caro. Caro es aquello que se daña rápido y no perdura. Lo nuestro está hecho para elevar tu esencia”.

Más que accesorios: mensajes de vida

Para Liliana, cada accesorio lleva un mensaje. Muchos clientes buscan piezas con significado espiritual, como hilos rojos de protección o piedras naturales. Otros simplemente quieren sentirse diferentes. “Detrás de un accesorio siempre hay un mensaje. Si un día te sientes con el corazoncito arrugado, ponte un arete, un collar o un anillo. Te vas a sentir diferente, pensarás diferente y la gente te percibirá distinta. No es banalismo, es amor propio”.

Ese enfoque convierte a Maleja en algo más que una marca de accesorios: es una propuesta que conecta moda, autoestima y resiliencia.

Proyección y legado

Con la mirada puesta en el futuro, Liliana sueña con llevar a Maleja Accesorios a pasarelas en Europa y Estados Unidos, consolidando su presencia internacional. Pero su visión va más allá de la expansión: quiere dejar un legado que inspire a emprendedores y a las próximas generaciones.

“El miedo es lo que no deja avanzar. Hay que vencerlo, porque siempre habrá un cliente para lo que haces. No vendas barato por miedo; vende con el valor que tiene tu producto”.

La historia de Liliana Beltrán y Maleja Accesorios es prueba viva de que la resiliencia, la disciplina y la creatividad pueden transformar cualquier adversidad en un triunfo. Una historia que nació en San Victorino y hoy brilla en los escenarios más exigentes del mundo.

Conclusión

Maleja Accesorios se consolida como una marca que va más allá de las tendencias. Con un ADN que mezcla disciplina, diseño y propósito social, representa la fuerza de la moda colombiana en el mundo. Cada pieza es un testimonio de resiliencia, talento y pasión, diseñada no solo para embellecer, sino para empoderar y contar historias.

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