Industria Textil y Moda en Colombia 2025

Crisis Exportadora, Choque Económico y la Batalla por la Supervivencia del Sector

La industria textil y de la moda en Colombia atraviesa un periodo decisivo. Entre 2023 y 2025 el sector ha vivido una mezcla compleja de retos estructurales, caídas en exportaciones y presiones en costos, pero también ha mostrado la capacidad de adaptarse, transformarse y sostener una economía que depende profundamente de su tejido productivo.

En un momento en el que la incertidumbre global golpea con fuerza, la moda colombiana no se detiene: se reorganiza, se fortalece en su mercado interno y reconstruye las bases para un cierre de año con expectativas realistas, pero también con posibilidades renovadas.


2023–2024: Años de contracción en comercio exterior

Los indicadores de exportación evidencian un escenario retador. Entre enero y noviembre de 2024, las exportaciones del sistema moda —textiles, confecciones, calzado, cuero y manufacturas— sumaron US $743 millones, una caída del 7,3 % frente a 2023.
La reducción estuvo marcada por:

  • descenso en pedidos desde Estados Unidos y mercados latinoamericanos,
  • costos logísticos elevados,
  • saturación internacional de productos de bajo precio,
  • y una demanda global más cautelosa.

Aun así, el sector logró mantenerse operativo, especialmente gracias al mercado nacional, que absorbió buena parte de la producción y evitó un deterioro mayor en empleo y operación productiva.


El rostro interno de la industria: fuerza laboral y tejido empresarial

A pesar del retroceso externo, la moda sigue siendo un eje transversal de la economía colombiana.

  • Representa alrededor del 1,1 % del PIB.
  • Genera cerca del 3 % del empleo formal.
  • Está compuesta mayoritariamente por MIPYMES: talleres, diseñadores, confeccionistas, comercializadores y miles de actores que sostienen un ecosistema vivo.

La industria opera con una cadena productiva extensa y frágil: desde hilanderías que compiten contra importaciones masivas, hasta talleres que enfrentan costos de insumos elevados y márgenes cortos.
Sin embargo, esa misma estructura es la que permite resiliencia: miles de pequeñas unidades productivas pueden adaptarse rápido a nuevas demandas, cambios de tendencia y necesidades de mercado.


2025: Entre señales mixtas y un mercado interno que vuelve a respirar

Durante 2025 las exportaciones del sector continuaron mostrando señales de desaceleración, con una caída acumulada cercana al 5 %. Sin embargo, este retroceso no ha definido todo el desempeño del sistema moda.

Lo que realmente ha marcado la diferencia en 2025 es la reactivación moderada del consumo interno. Familias, compradores mayoristas, comerciantes y emprendedores han devuelto dinamismo al circuito comercial, especialmente en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga.

El consumidor colombiano está comprando de forma más inteligente:
prefiere productos de calidad, valora la identidad local y busca marcas con propuestas auténticas, factor que abre una ventana para el diseño nacional.


Un sector que evoluciona: diseño, identidad y sostenibilidad

La industria textil-moda se está desplazando progresivamente del modelo de volumen hacia el modelo de valor. Esto significa:

  • mayor inversión en diseño,
  • líneas de producto con diferenciación,
  • trazabilidad y sostenibilidad,
  • colecciones más pequeñas y estratégicas,
  • y presencia en ferias, circuitos comerciales y plataformas de visibilidad.

Marcas emergentes, colectivos creativos y centros comerciales especializados han contribuido a revitalizar el ecosistema, integrando moda mayorista, diseño independiente y manufactura técnica.


Expectativa del cierre 2025: tres escenarios posibles

Con los datos disponibles, el sector podría cerrar el año bajo alguno de estos tres panoramas:

1. Escenario de estabilización (el más probable)

Si el consumo interno mantiene su comportamiento actual, la industria cerraría 2025 con:

  • estabilidad en ventas locales,
  • empleo relativamente sostenido,
  • y producción en niveles manejables.

No habría un crecimiento explosivo, pero sí una recuperación paulatina.

2. Escenario de recuperación parcial

Si las marcas logran:

  • optimizar costos,
  • implementar diseño de valor,
  • fortalecer canales digitales,
  • y diversificar ventas nacionales,

podrían experimentar un repunte moderado hacia finales de año.

3. Escenario de contracción

Este sería el resultado si:

  • continúa la presión de insumos importados,
  • persisten caídas en exportaciones,
  • no hay reactivación plena de la demanda interna,
  • o se mantiene la incertidumbre macroeconómica.

En este caso podría haber cierre de microempresas y pérdida de puestos de trabajo.


La clave del éxito: competir por valor, no por precio

La industria colombiana no puede competir contra los gigantes del fast-fashion global en términos de precio. Pero sí puede vencer en:

  • diseño,
  • calidad,
  • narrativa,
  • identidad cultural,
  • sostenibilidad,
  • fabricación responsable,
  • y conexión emocional con el consumidor.

La moda colombiana no es solo producto: es historia, oficio, territorio y comunidad.
Ese es el diferencial real.


Conclusión: 2025 será recordado como un año bisagra

Entre la presión global, los costos internos y el desafío exportador, la industria textil-moda en Colombia se encuentra en un proceso de reinvención. El sector no se detuvo: ajustó sus dinámicas, fortaleció sus canales locales, exploró nuevo valor y mantuvo viva una de las actividades económicas más importantes del país.

Si continúa enfocándose en diseño, sostenibilidad y diferenciación, la moda colombiana podrá cerrar 2025 no solo con estabilidad, sino con bases sólidas para un 2026 más competitivo, más técnico y más consciente.

La transformación ya comenzó.
La industria está lista.
Y Colombia también.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio